En este mensaje revelamos nuestro llamado para el próximo capítulo de DFBC. Esta será una oportunidad emocionante para dar un paso adelante en la fe. Como DFBC, estamos más agradecidos que nunca por la rica herencia y el fiel ministerio de estos últimos 75 años. También esperamos, más que nunca, lo que nuestro Dios hará para hacernos cada vez más a la semejanza de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Sermon Category: Más Que Nunca
Comisión: El amor de Jacob
Continuaremos nuestro viaje de fe, esperanza y amor echando un vistazo a la historia de Jacob en el libro de Génesis. A medida que los creyentes maduran y se convierten en discípulos, en su camino hacia la madurez, los discípulos serán desafiados a crecer más allá de sus necesidades personales para satisfacer las necesidades de otros, convirtiéndose en hacedores de discípulos. La historia de Jacob nos ayuda a ver nuestra tercera métrica, la comisión, en acción. La comisión se trata de compartir la bendición de Dios con el mundo. En la narrativa de los patriarcas, Jacob es el creyente de tercera generación que ha luchado con los desafíos de abrazar su identidad, permanecer en su fe y enfrentar la decisión final de decidir qué es lo que más ama su corazón. La historia de Jacob es la historia de Jacob convirtiéndose en el líder de Dios que humildemente comparte la bendición de Dios al mundo, revelando la venida del Mesías. La historia de Jacob es la victoria del amor y la humildad sobre el orgullo.
Compromiso: La Esperanza de Isaac
Continuamos nuestro viaje de fe, esperanza y amor en la vida de Isaac. Su historia se cuenta en los capítulos 24-25 de Génesis. Como hijo de la promesa, el papel de Isaac como preservador de la fe fue fundamental para el plan de Dios de restaurar el mundo. Para que la promesa de Dios creciera y madurara, Isaac tendría que comprometerse a un proceso de convertirse en la semejanza de Aquel que lo llamó para ser una bendición.
Conversión: La fe de Abraham
Continuaremos nuestro viaje de fe, esperanza y amor en la vida de Isaac. Su historia se cuenta en los capítulos 24-25 de Génesis. Como hijo de la promesa, el papel de Isaac como preservador de la fe fue fundamental para el plan de Dios de restaurar el mundo. Para que la promesa de Dios creciera y madurara, Isaac tendría que comprometerse a un proceso de convertirse en la semejanza de Aquel que lo llamó a ser una bendición.