El plan original de Dios para la humanidad era la fecundidad. Irónicamente, en Génesis 3 es comer de la fruta incorrecta que hace que la humanidad se sumerja en el pecado. Es la fruta la que revela la plenitud de la bendición y la fruta de Dios que nos hizo caer en el vacío de la muerte. La verdadera fecundidad es el resultado de la fidelidad que da vida. Por el contrario, consumir el fruto de la fidelidad resulta en la muerte. En este capítulo, exploraremos la realidad del pecado como incredulidad y rebelión contra la palabra revelada de Dios que resulta en nuestra incapacidad para lograr la bendición de la fecundidad de Dios, aparte de su gracia.