La humanidad moderna está estancada. A pesar de que podemos buscar las estrellas de arriba y explorar los secretos del mundo microscópico, estamos estancados. Estamos atrapados en nuestros anhelos de eternidad y juventud eterna. Estamos estancados en nuestra incapacidad de mantener las normas morales que sabemos que son correctas. Estamos atrapados en el problema del mal y el sufrimiento, en la enfermedad, la guerra y la muerte. Estamos estancados porque no podemos salvarnos de nosotros mismos. Necesitamos ser rescatados, pero para ser rescatados se debe proporcionar un rescate para corregir lo que ha estado mal. Por eso vino Jesús. En un mundo donde todos parecen tener derecho a sus propios deseos, Jesús vino a servir. En un mundo donde todos toman, él vino a dar. Vino a burlarse de su vida como rescate por los muchos que no pueden salvarse de sí mismos.