Cientos de años antes de que naciera Salomón, Dios ya había proporcionado instrucciones para que su pueblo viviera como reino de sacerdotes. Su éxito dependía desesperadamente de su disposición a obedecer la Palabra de Dios. En este pasaje, veremos las expectativas de Dios para que su pueblo sepa de qué se trata el reino de Dios.