Lo tenía todo y lo perdió todo. Lo perdió todo porque confundió el éxito de sus logros con la fuente de su éxito. En el apogeo de su éxito y provisión, Salomón olvidó las claras instrucciones en la ley que habían hecho de su reino un éxito. Para él, su éxito demostró ser su fracaso. En estos versículos, reflexionaremos sobre las elecciones de Salomón que allanaron el camino hacia su desaparición como un recordatorio aleccionador de nuestra propia vulnerabilidad y una necesidad desesperada de la Palabra de Dios.