Si no tenemos cuidado, los miedos y las ansiedades del mañana pueden robarnos la alegría del hoy. El antídoto de Jesús para una vida agobiada por la vergüenza y la culpa de nuestro pasado y los temores del mañana es la disciplina de la atención plena. Una mente y un corazón decididos a vivir hoy con la confianza de que nuestros errores del pasado han sido expiados y nuestro futuro ha sido provisto por un Dios amoroso. Pero no nos equivoquemos, esto no es una ilusión. Habrá problemas por delante, pero con los problemas, Dios nos dará su gracia todo suficiente para enfrentarlos paso a paso y día a la vez.