El ayuno se trata de hacer espacio para el crecimiento. Cuando hemos estado festejando la bondad de Dios, y crezcamos más y más profundos en nuestra identidad, seguridad y significado en el Hijo, podemos estar seguros de que habrá empuje hacia nuestro crecimiento. La guerra espiritual se libra en dos frentes. Por un lado, Dios permite que los desafíos en nuestro paseo prueben nuestra fe y refinen a nuestro personaje con la esperanza. Por otro lado, Satanás usa los mismos desafíos para tentarnos a pecar y descalificarnos de los mejores de Dios. En esta segunda parte de nuestra serie, veremos a Jesús en su ayuno en el desierto, ya que el que supera las tentaciones mundanas de Satanás a través de los deseos de la carne, los ojos y el orgullo de la vida.