El Verdadero Amor Dice…

¿Cómo debe ser la madurez en la vida de un discípulo y en el cuerpo de Cristo? En el Nuevo Testamento, la plenitud de la humanidad madura no se ve en otra persona que en Jesucristo (Efesios 4:13). Al final de su ministerio, Jesús resumió el progreso del desarrollo de un discípulo, mostrando que el amor es el sello distintivo de su verdadera comunidad de discípulos (Juan 13:8). Pablo ciertamente coincide al mostrar que el amor es donde la fe y la esperanza conducen como la máxima expresión de un creyente maduro (1 Corintios 13). En la literatura del Nuevo Testamento, los escritos de Juan son un testimonio de la plenitud de la revelación de Dios a través de la encarnación de Jesucristo. Jesús, siendo hijo de Dios, es el Amor encarnado. Para Juan, la encarnación es lo que revela la plenitud de Dios, pero también la plenitud del potencial de la humanidad bajo sus propósitos redentores. Para Juan, la verdadera madurez a nivel personal y congregacional es solamente ser participantes de la encarnación en comunión y testimonio con el Dios Trino. Para DFBC, esta serie allanará el camino para responder a la pregunta: ¿en qué tipo de comunidad nos estamos convirtiendo? Ojalá que, por la misericordia de Dios, nos estemos convirtiendo en una iglesia madura en el amor de Cristo.