Banqueteando y Ayunando

No sorprende que el ministerio de la encarnación de la palabra de Dios sea fundamental para nuestra madurez espiritual. Al comienzo de su ministerio, Jesús nos mostró de qué se trata la verdadera madurez espiritual en dependencia de la palabra de Dios. Si ser espiritualmente maduro es ser conformado a la semejanza de Jesucristo, entonces la madurez espiritual se trata de convertirse en ejemplos vivos de la Palabra viva de Dios. Después de todo, Juan describe la vida y el ministerio de Jesús diciendo: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” Juan 1:14. El Cristo encarnado sigue haciendo habitar en nosotros su gloria mientras vivimos su Palabra. En 1 Pedro 2:2, el apóstol Pedro animó a los creyentes a crecer en madurez alimentándose ansiosamente de la palabra de Dios. El alimento espiritual en la palabra es el fundamento del crecimiento y la madurez cristianos. Para nutrirse espiritualmente de manera apropiada, los creyentes deben deleitarse con la palabra de Dios y ayunar del mundo. En esta serie de sermones reflexionaremos sobre estos dos aspectos cruciales en la vida de Jesús al comienzo de su ministerio en Mateo capítulos 3 y 4.