Para dar vida, primero debemos recibir vida. En la historia de Dios toda la vida se origina en Dios. Dios creó el mundo por su Palabra y es su Palabra la que sostiene nuestras vidas y nos da la oportunidad de elegir la vida. El Salmo 1 describe los primeros pasos de nuestro viaje. En la economía de Dios, elegir la vida comienza con confiar y atesorar la palabra de Dios.
Author: Diego Mota (Diego Mota)
Jacob, Lea y Raquel – El Amor Que Echa Fuera Todo Temor Parte 2
¿Cómo supera Dios nuestros comportamientos autodestructivos que nos impiden experimentar sus bendiciones?
Jacob, Leah, and Rachel – Love that Casts Out All Fear Part 2
How does God overcome our self-destructive behaviors that keep us from experiencing his blessings?
Jacob, Lea y Raquel – El Amor Que Echa Fuera Todo Temor Parte 1
¿Cómo supera Dios nuestros comportamientos autodestructivos que nos impiden experimentar sus bendiciones?
Jacob, Leah, and Rachel – Love that casts out all fear Part 1
How does God overcome our self-destructive behaviors that keep us from experiencing his blessings?
Redención 101: Isaac y Rebeca – La Esperanza que Hereda las Promesas de Dios | Génesis 24
¿Cómo una esperanza resiliente permite a los creyentes unirse a Dios en el cumplimiento de sus promesas en su plan redentor?
Redemption 101: Isaac and Rebekah – Hope that Inherits God’s Promises | Genesis 24
How does a resilient hope enable believers to join God in the fulfillment of his promises in his redemptive plan?
Redención 101 Parte 2: Abraham y Sara – Fe | Génesis 12, 15-18, 22
Las condiciones después de la caída fueron de mal en peor, pero Dios eligió la vida para nosotros en lugar de la muerte al darnos la gracia para redimirnos. En Génesis 3:15 Dios prometió enviar un Salvador para aplastar a la serpiente en la cabeza aunque él mismo sería herido. A pesar de los fracasos de la humanidad organizada, Dios llamó a un hombre de fe, Abram, para convertirse en el canal de bendición para todas las naciones y, a través de él, formar un pueblo que eventualmente traería a nuestro Señor y Salvador. Ahora estamos invitados a elegir la vida uniéndonos a su pueblo de fe en este camino humanamente imposible porque, después de todo, por la fe en sus promesas, lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.