Para dar vida, primero debemos recibir vida. En la historia de Dios toda la vida se origina en Dios. Dios creó el mundo por su Palabra y es su Palabra la que sostiene nuestras vidas y nos da la oportunidad de elegir la vida. El Salmo 1 describe los primeros pasos de nuestro viaje. En la economía de Dios, elegir la vida comienza con confiar y atesorar la palabra de Dios.