Proverbios 29:18 dice “donde no hay visión, el pueblo se desenfrena”. Una vida sin visión es una vida impulsada por las fuerzas caóticas caprichosas y desordenadas de este mundo. El antídoto de Jesús para la falta de propósito de la vida involuntaria y las ansiedades que genera es una vida de compromiso decidido con la palabra revelada de Dios. Dios trae esperanza al corazón que cree en sus promesas.