A veces sabemos que Dios puede ayudarnos, pero por muchas razones, no somos capaces o dispuestos a ayudarnos a nosotros mismos. Cuando nuestros recursos personales no pueden acercarnos al que puede transformar nuestras vidas con Su Palabra, Dios ha proporcionado una comunidad de fe para eliminar las barreras que nos separan de su presencia. En este pasaje, veremos la gracia de Dios encarnada en la intercesión completa de una comunidad centrada en Cristo.