Dios nos hizo valiosos e importantes. Hay una gran alegría al experimentar la dignidad de ser considerado valioso y digno. Dios El Padre quiere que sus hijos sepan que porque hemos sido adoptados en Cristo, somos participantes del placer de Dios otorgados en el Hijo de su amor. No hay nada que podamos hacer por que Dios nos ame más o menos. Dios es simplemente y perfectamente ama a nosotros en Cristo por su gracia. Esta verdad liberadora permite a los creyentes vivir fuera de la libertad de saber que no hay más expectativas humanas para reunirse para demostrar que somos dignos del amor de nadie. Los creyentes viven sus vidas y tienen su importancia de la justicia perfecta de Cristo, no los logros humanos. Vivimos motivados por una alegría profunda que es la fuente inagotable de nuestra gratitud.