Continuamos nuestro viaje de fe, esperanza y amor en la vida de Isaac. Su historia se cuenta en los capítulos 24-25 de Génesis. Como hijo de la promesa, el papel de Isaac como preservador de la fe fue fundamental para el plan de Dios de restaurar el mundo. Para que la promesa de Dios creciera y madurara, Isaac tendría que comprometerse a un proceso de convertirse en la semejanza de Aquel que lo llamó para ser una bendición.